De los frutos se elaboran diversos objetos utilizando la cáscara bastante liviana y resistente. En México, en el estado de Tabasco, tradicionalmente se ha utilizado el fruto como recipiente para tomar el pozol que es la bebida típica de esa región, también se usa como artesanía al labrar las jícaras. Los habitantes de la ciudad de Tapachula, Chiapas fabricaban las jícaras que eran utilizados para tomar el agua para bañarse (a jicarazos) en los baños de las antiguas casonas que contaban con enormes tanques.
El jícaro es un árbol originario de América, de unos 5 metros de altura. Puede encontrarse en zonas húmedas como el sur de México, Posee ramas escasas, tortuosas, hojas pequeñas, agrupadas, el fruto es semejante a una calabaza.El fruto que da origen a la jícara, tecomate, guaje, morro, huacal o cualquier otro nombre con el que sea conocido en la república mexicana es el árbol Crescentia cujete
En la zona centro de Chiapas, Tabasco y en la península de Yucatán, es muy común ver a la gente removiendo sus jícaras para revolver el muzú, shish o el Shingaste de su pozol. Este movimiento circular es conocido en algunas regiones como “el meneadito de la jícara” o “el meneadito pozolero”
Se dice que las vacas cuando comen pulpa de jícaro producen mucha más leche por día y los caballos con hambre rompen los jícaros con sus cascos para comer su deliciosa pulpa.
Fuente de Las Jícaras, Bonanza, Tapachula, Chiapas, México. Imagen de Jesús G Ramírez on Flickr. (Demolida y sustituida, no existe actualmente).
Es muy común también en Centroamérica la horchata de jícaro, una bebida hecha con las semillas del fruto y a la que se le agregan además arroz y azúcar. Un jarabe hecho artesanalmente con las semillas es santo remedio para la tos y el asma.
Mientras podemos seguir disfrutando del pozol en un tradicional jícaro...
#Seguimos...
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